El papa Francisco, el máximo representante de la Iglesia Católica, una institución con más de dos mil años de historia teopolítica, realizó el pasado viernes su primera visita fuera de Italia, desde que inició la pandemia de coronavirus (COVID-19), a Irak.
De esta manera, por primera vez en la historia, un papa visitó Irak, un país en donde se dice que viven un total de 250 mil cristianos. Como se recordará, en 1999, el entonces papa Juan Pablo II quería visitar Irak, pero Sadam Husein no lo permitió. De nuevo, el anterior papa, Benedicto XVI, también lo quiso, pero no fue posible.
Podría considerarse innecesario atribuir un simbolismo excesivo a la visita del papa a Irak, pues se trata de la institución teopolítica bimilenaria, pero es necesario examinar casi todos los aspectos de este proceso desde diferentes ángulos.
Durante su primer discurso a su llegada a la capital de Irak, Bagdad, el papa afirmó “As Salamu Alaikum” (que la paz esté con ustedes en árabe) y señaló: «Vengo a Irak como un peregrino por la paz».
LA VISITA A MOSUL, NÍNIVE Y UR
La visita del papa a Irak es de gran importancia debido a la relevancia histórica del lugar. La antigua ciudad de Nínive, ubicada en Mosul, con una historia que se remonta al 700 a.C, fue la capital de los Asirios y, según La Biblia, fue erigida por el rey Nimrod; cerca se encuentra la ciudad Ur, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, este fue el lugar donde se cree que nació Abraham.
Durante el asedio del grupo terrorista Daesh/ISIS a la ciudad de Mosul, los militantes de ese grupo destruyeron la tumba del profeta Jonás y gran parte de la ciudad antigua de Nínive.
En la región se destruyeron un gran número de mezquitas e iglesias. En Mosul, el papa resaltó que Daesh destruyó varios templos cristianos y oró por las víctimas de la guerra y el conflicto armado en la Plaza de las Cuatro Iglesias de la ciudad, rodeado por los escombros de los templos cristianos de las diferentes denominaciones que coexisten en el país. El papa también visitó la ciudad de Bajdida, al norte del país y se refirió a esta como una ciudad cristiana.
Mosul es una ciudad que es el centro de los sunitas de Irak, pero el drama de los sunitas iraquíes en otras regiones no se mencionó durante la visita del sumo pontífice; el papa no mencionó este tema en absoluto. Sin embargo (simbólicamente) se reunió con un líder religioso de los sunitas en el país.
EL TRATADO DE ABRAHAM, ALIANZA DE NACIONES SEMÍTICAS
Es posible establecer una relación entre el «Acuerdo de Abraham», que se inició bajo el liderazgo del expresidente estadounidense Donald Trump, para que países árabes establecieran relaciones diplomáticas con Israel, y la visita del papa a Irak. Como se recordará, países musulmanes como Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Marruecos y Sudán decidieron normalizar sus relaciones diplomáticas con Israel recientemente.
La visita del papa a Irak puede leerse como una continuación del Tratado de Abraham. De hecho, el Acuerdo de Abraham podría verse como una continuación del discurso de diálogo de aceptación orientalista de las «religiones abrahámicas».
De hecho, se debe resaltar especialmente la visita del papa a la ciudad iraquí de Ur, en donde nació Abraham. En esta ciudad histórica el papa citó a Abraham, y señaló: «La unidad, la unión y la fe comenzaron en Ur. Somos todos nietos de Abraham”.
Sin embargo, en los textos judeo-cristianos a lo largo de la historia se sabe que se ha insultado a los pueblos árabes y musulmanes, especialmente al profeta Mahoma; en estos se ha tildado a los musulmanes de ismaelitas, hijos de esclavas y concubinas.
Esto podría representar una posible alianza entre El Vaticano e Israel para Medio Oriente, ya que Roma y Tel Aviv han decidió poner fin a sus diferencias recientemente.
LA INFLUENCIA «CATÓLICA» DE BIDEN
No se ha cuestionado cuál es el papel de Joe Biden, el nuevo presidente católico de Estados Unidos, en esta posible alianza o su relación con la visita del papa a Irak a pesar de la pandemia.
Como se sabe, Biden es el segundo presidente católico de los Estados Unidos después de John F. Kennedy, y se enorgullece de ser miembro del modelo estadounidense de la Iglesia Católica Romana.
Esta situación recuerda el objetivo de Biden de crear una línea teopolítica en el mundo islámico bajo el liderazgo del papa-Vaticano y el catolicismo. De hecho, durante su visita, el papa no mencionó nada sobre la salida de las tropas estadounidenses de Irak y se sabe que la presencia de EEUU en Irak ha sido una de las causas para que ese país llegara a este estado.
¿CUÁL ES EL MENSAJE DE LA VISITA DEL PAPA A IRAK PARA TURQUÍA?
La visita del papa a Irak deja un sutil mensaje para Turquía. De hecho, la visita del pontífice tiene un valor simbólico en Irak en su conjunto, y se podría decir que El Vaticano no quiere que se forme en la región otro país suní tan fuerte como Turquía.
En este contexto, el encuentro del papa con líderes kurdos del norte de Irak, los cuales podrían estar relacionados con las Fuerzas de Movilización Popular (conocidos como colaboradores de los terroristas del PKK) es algo que preocupa a Turquía.
Incluso durante la reunión del papa con el Ayatola Sistani se mencionó que uno de los líderes de una de estas organizaciones terroristas pretendía adquirir un sistema de defensa aérea de los Estados Unidos para presuntamente defenderse de Turquía.
Todo indica que hay aspectos visibles e invisibles de la visita del papa a Irak. Para llegar a conocer los objetivos teopolíticos de la visita papal en Irak, hay que ver el paso de las políticas la administración Biden hacia la región.
*El profesor Ozcan Hidir es miembro de la facultad de la Universidad Sabahattin Zaim de Estambul y ha centrado sus estudios en el hadiz, la relación entre la cultura judía y cristiana, la interacción interreligiosa e intercultural, el orientalismo-occidentalismo, la teo-política, el anti-islamismo (racismo cultural), el Islam y los musulmanes en Europa y Occidente.
Nota publicada por la Agencia Anadolu