Núria Casas – Foto: Sergi Alcázar
El rapero Pablo Hasél suma diferentes condenas, pero la que lo ha llevado a la prisión han sido unos tuits contra la monarquía. Ahora bien, los precedentes ya lo condicionaron y todo se remonta en el año 2010 por la letra de la canción ‘Esclavitud consentida’, todavía a día de hoy, disponible a través de la plataforma Youtube. En abril del 2014, la Audiencia Nacional condenó al leridano a dos años de prisión por enaltecimiento del terrorismo acogiéndose al artículo 578 del Código Penal.
Contra la monarquía, el Vaticano y los intelectuales «de pacotilla»
Las estrofas por las que fue condenado son estas: «Se merece que explote el coche de Patxi López»; «Es un error no escuchar lo que canto, como Terra Lliure dejando vivo Losantos»; «Los Grapo eran defensa propia ante el imperialismo y su crimen»; «Los que manejan los hilos merecen mil kilos de amonal»; «Pienso en balas en nucas de jueces nazis que lleguen».
También había otros contra la monarquía como: «En mi escuela pública había violencia y no era etarra, sino retratos de la monarquía sobre la pizarra». O dirigidos a estamentos sociales y actores de influencia al poder: «Intelectuales de pacotilla callan como putas ante la brutalidad del capital y su fábrica de incultos» y «El Vaticano acaba siendo peor que los faraones, como mínimo condenaban a los pedófilos«.
Pero la justicia no lo acabó condenando. La Audiencia Nacional suspendió la ejecución de la sentencia y la Fiscalía no se opuso porque consideraba que Hasél cumplía con los requisitos de poder beneficiarse del libre cumplimiento, no se superaban los dos años y cuando se revisó, en septiembre del 2019, se comprobó que no tenía antecedentes penales. Ahora bien, sí fue un aviso en lo que le podría venir si seguía por este camino: «Se procederá, sin trámite, a ejecutar la pena en el momento impuesta», advertía al juez.
Los tuits de la prisión
Antes de revisar la primera, ya tenía abierta otra en vías de ser tramitada. En marzo del 2018, la Audiencia Nacional lo vuelven a condenar por enaltecimiento del terrorismo, injurias en la Corona, las Fuerzas y los Cuerpos de Seguridad del Estado y una multa de 24.300 euros incluida. Posteriormente, los hechos pasan al Tribunal Supremo que le rebajan la pena de prisión a nueve meses y un día porque muchos de sus escritos se referían a bandas terroristas, ETA y Grapo, que ya no estaban en activo. Es por esta razón qué hoy, Hasél, está en la prisión.
La sentencia concluye que el hecho de que el Rey sea una figura neutral no lo obliga a «aceptar la emisión pública de injurias y calumnias vertidas con publicidad con un amplio público que pueda visualizarlas». Por eso, se consideraron un «ataque personal y directo» a los Borbones «de una forma despiadada». Y en vez de ver libertad de expresión, concluyen que sólo son ataques y odio.
El Rey, ISIS y la infanta Cristina
Cambia la música por las redes sociales y las acusaciones se basan en una sesentena de tuits recogidos durante cuatro años. Algunos de estos son: ¿»La familia real son unos parásitos, La monarquía tiene negocios criminales como el tráfico de armas en Arabia Saudí», «La monarquía vive a todo lujo a costa de la explotación y miseria de los otros», «El mafioso del Borbón de fiesta con la monarquía saudí, entre los que financian ISIS queda todo», «En la prisión van los pobres y no la infanta Cristina, pero medio país le desea la guillotina», «La Guardia Civil, como el tribunal europeo ha dicho, ha torturado», «Matas a un policía? Te buscan hasta bajo las piedras. ¿Asesina a la policía? Ni se investiga, Llaman banda criminal a grafiteros y no a la monarquía. Qué estado demencial» o «Suelten a la familia real sin escoltas por nuestras calles».
El Supremo, que confirmó la postura de la Audiencia Nacional, subrayó que, aparte de los tuits, también había incluido vídeos que incitaban a la violencia, con comentarios vejatorios en un perfil que sumaba 54.000 seguidores donde aparecían en 1.915 tuits palabras GRAPO, monarquía, Borbón, Rey, ETA, terrorismo, bomba, Policía y Guardia Civil. Además, veía un riesgo real que alguno de sus seguidores intentara repetir un acto violento porque los mensajes «contienen una incitación a su reiteración».
Otras condenas
Hasél acumula otras condenas pero que no han acabado con la prisión. El año pasado, el Juzgado de lo penal número 1 de Lleida, lo condenó a seis meses de prisión por agredir un periodista de TV3 en una rueda de prensa en el rectorado la Universidad de Lleida. El juez consideró probado que Hasél empujó, insultó y roció con un líquido de limpieza al periodista. Además de la pena de prisión, lo obligó a indemnizarlo con 12.150 euros. La condena todavía no es firme y ha sido recurrida.
El año 2017 también fue condenado por un delito leve de ofensa al exalcalde de Lleida, Àngel Ros. En el 2018, fue condenado por violación de sede al Banco Central de Lleida que acabaron con penas de multa y, en el 2020, recibió otra de 2 años y medio de prisión por agresión a un testigo en un juicio, que está recurrida. Todas ellas, suman tres años de prisión.
Fuente: El Nacional