Bajo el argumento, esgrimido por el presidente Ronald Reagan, de que el gobierno de la pequeña isla de unos 90, 000 mil habitantes, era un peligro para la Seguridad Nacional de los Estados Unidos, demuestra el desprecio y la subestimación a la inteligencia de nuestros pueblos.
A este pretexto, Reagan añadía, no se puede permitir otra Cuba y menos aún, cuando están construyendo un aeropuerto para convertirlo en una base aérea rusa.
En realidad, luego del triunfo de la Revolución Granadina, liderada por Maurice Bischop y con las excelentes relaciones establecidas con Cuba y con el Comandante en Jefe Fidel Castro. Bischop le pidió ayuda para construir un aeropuerto que le permitiera a su pequeña isla recibir turistas, una de las principales vías para obtener ingresos monetarios para su país. También en otros campos de cooperación en educación, salud, construcción y otros rubros.
Jamás ese aeropuerto estuvo pensado como una base militar soviética, pero son las falsedades a las que no tiene acostumbrados el gobierno de Estados Unidos, Irak, no tenía armas de destrucción masivas, y sobre esa base la invadieron, con esa gran mentira, tampoco Noriega era narcotraficante e invadieron a Panamá y asesinaron a miles de panameños.
El gobierno de Estados Unidos frente al curso que tomaba la pequeña isla de Granada, comenzó con la política de las sanciones, y una de sus primeras acciones fue congelar los créditos internacionales de Granada, provocándole una serie de dificultades económicas y financieras.
Las relaciones de Bishop con Cuba fue muy criticada por el presidente de Estados Unidos Ronald Reagan, por tratarse de un gobierno progresista y un ejemplo de cooperación regional de Cuba con la isla caribeña. Cerca de unos 800 cubanos, entre médicos, educadores, constructores y de otras profesiones estaban prestando cooperación en Granada, cuando se produjo la invasión estadounidense.
En la misma medida que la isla de Granada, se fortalecía y ganaba espacio y prestigio con el sistema político económico y social, que a pesar de los obstáculos se abría paso, iba recibiendo apoyo en el país, por el progreso que paulatinamente iban logrando sus ciudadanos. La Isla, se convertía en un ejemplo para el Caribe y Estados Unidos no era ajeno a ese progreso, tampoco que existía un grupo de elementos enemigos del Movimiento Nueva Joya, (New Jewel Movement) y del Primer Ministro y jefe de ese Movimiento Revolucionario, Maurice Bischop. El gobierno de Reagan, comenzó a brindarle atención y apoyo, a esos grupos de oposición contrarrevolucionaria, con el fin de crear condiciones para derrocarlo.
Los ataques y sabotajes desde épocas muy tempranas se comenzaron a realizar acciones con el propósito de desestabilizar el país, si bien, no era la época de las redes sociales, si era la época del uso de emisoras en la zona caribeña financiadas por EE.UU, que atacaban ferozmente el proceso revolucionario granadino, frente e esas acciones, liderada por Bischop y el Movimiento Nueva Joya organizaron una marcha en junio de 1980 de apoyo a la Revolución, los contrarrevolucionarios hicieron explotar una bomba con el saldo de tres jóvenes mujeres muertas y varios heridos, esto conmocionó a la sociedad isleña.
Las practicas violentas se hicieron más frecuentes, mientras que Estados Unidos promocionaba la necesidad de terminar con el Gobierno de Bischop y no escondía su intención de invadir Granada. Pero otros serios problemas se venían presentando dentro del Movimiento Nueva Joya, diferencias y contradicciones que dañaron la UNIDAD, se pusieron de manifiesto, en altas esferas del gobierno, entre ellos el vice primer ministro Bernhard Coard.
Tan grave fueron estas contradicciones, donde al parecer, Coard ambicionaba convertirse en el gran líder, que, junto con otros traidores, ordenó la aprensión de Maurie Bischop, los que junto a 14 más de sus fieles compañeros, fueron asesinados el 19 de octubre de 1983, con el gran escándalo que esto provocó, Estados Unidos, bajo el argumento que debía proteger a cientos de estadounidense que se encontraban estudiando en la isla, ordenó atacar militarmente a la isla. Fue así como Bernhard Coard, sirvió en bandeja de plata, la hermosa obra revolucionaria en Granada y abrió el camino a Estados Unidos y a la derecha granadina, al él quebrar la UNIDAD revolucionaria.
Importante tener presente está experiencia y que los movimientos revolucionarios en nuestro continente, tengan claro que las ambiciones personales y las divisiones internas lo que hacen es contribuir a que la derecha y los aliados de Estados Unidos la utilicen para sus propósitos neocoloniales, para impedir revoluciones populares o para derrocarlas.
En la madrugada del 25 de octubre de 1983, las poderosas fuerzas militares gringas iniciaron el bombardeo y desembarco de cerca de 8000 marines en la pequeña isla de apenas 344 kilómetros cuadrados en extensión geografía y con un ejército de 800 miembros. Una demostración del abuso y desprecio del gobierno de gringos, este es el gobierno se autoproclama democrático y defensores de los derechos humanos.
Durante más de un año, permanecieron las tropas extranjeras en la Isla y pusieron fin a la Revolución. La propaganda de los medios gringos y sus aliados en América Latina, propagaron una campaña en las que decían que “El pueblo recibió con aplausos a los invasores” pero el periodista Peter David que dirigía en ese entonces Radio Free Granada preciso “El pueblo no aplaudió a la invasión que terminó con nuestra Revolución”, “Si los norteamericanos nos hubieran invadido cuando Maurice estaba vivo, la historia hubiera tenido otro fin”.
Entre los objetivos de la criminal invasión, lo fue, bombardear y desembarcar cientos de paracaidistas e infantes de marina en el aeropuerto en construcción, donde había un importante grupo de constructores cubanos, quienes fueron atacados por las fuerzas gringas, estos con las pocas armas que tenían, solo destinadas al cuidado de los medios técnicos de trabajo, materiales y sus propiedades, defendieron valientemente sus posiciones. También atacaron el pequeño edificio donde se encontraba la oficina del agregado militar cubano, fue en este lugar donde cayó muerto nuestro compañero Carlos Díaz, quien había llegado a la isla el día anterior, en unión de un alto oficial de nuestras FF:MM cumpliendo una misión de nuestro gobierno, con el fin de garantizar y preservar la seguridad de nuestros colaboradores y de nuestra misión diplomática.
En total durante la invasión a la minúscula isla de Granada, fueron asesinados por las tropas invasoras estadunidenses, 24 internacionalistas cubanos, y por eso hoy, que nuestra Patria, sigue siendo amenazada, quiero rendir homenaje a los queridos compañeros cubanos víctima de esta criminal intervención norteamericana y especialmente al compañero CARLOS DIAZ, por los años, que nos unió, en el trabajo, que él desempeñaba como jefe de la sección del caribe en el Departamento América.
Honor y Gloria a nuestros hermanos internacionalista caídos. Ni olvidados ni muertos, como proclamara Fidel en su histórica defensa en el juicio del Moncada, los caídos en Granada tampoco. Un gran monumento a los 24 cubanos caídos, se levanta en la isla granadina, en recordación a los que entregaron sus vidas, cuando cumplían una obra social, constructiva y diplomática, en beneficio para el pueblo de la querida isla caribeña.
Notas:
* Periodista, politólogo y analista internacional. Colaborador de PIA Global