Esta incomprensión es todavía evidente hoy con el trato a los refugiados palestinos de 1948 y 1967. Las propuestas de asentamiento de algunos refugiados en un futuro Estado palestino no tienen en cuenta que casi 5 millones de personas son refugiados porque no pueden regresar a sus casas y a sus tierras, no a un territorio nacional abstracto. Una vez más, nos encontramos ante el sometimiento de los derechos humanos inherentes a las personas a los derechos “nacionales” sionistas. Estos derechos de la abstracción “Nación judía”, no son otra cosa que una forma de esconder que millones de palestinos han perdido el derecho a permanecer en su casa y a cultivar su tierra.
Párrafo perteneciente al artículo publicado en Scripta Nova Revista Electrónica de Geografía y Ciencias sociales. Universidad de Barcelona, 15 de agosto de 2007. Es autor el Doctor Ferran Izquierdo Brichs. Para el nombre del autor se ha utilizado la grafía en catalán, lo que explica la ausencia de tilde. Del libro La cuestión oculta, libro de Sergio Pérez Pariente. Editado por Bósforo Libros.
Tras la 2ª guerra Mundial el primer asalto neocolonial se daría de la mano de la naciente ONU. El colonialismo de ocupación física estaba herido y en los años siguientes iba a decaer para irse remozando. Las tropas invasoras saldrían de numerosos países, pero el régimen invasor recompondría su dominio reservando y reorganizando sus fuerzas bajo el poder económico de las colonias. En Palestina el neocolonialismo vendría a invadir físicamente y a emplearse en la matanza del Pueblo Palestino en las personas que estuviesen en edad de resistir y la expulsión a los países del entorno de la inmensa mayoría de los demás habitantes. Pero en 1976, el 30 de marzo estalló una huelga general contra la ocupación sionista. Las familias que habían quedado en Palestina ocupada vivían bajo condiciones de persecución y esclavitud, y sus hijos y los nacidos en 1948, año del terrorismo invasor al que éste añadió una guerra más en 1967 para seguir avanzando en su robo de tierras, eran jóvenes de 24 años y no habían vivido más que la explotación de su tierra y de sus propias energías. Ese día 30 la tensión alcanzaba la unanimidad nacional contra el ocupante, y las protestas también iban dirigidas contra tanto abandono de los responsables internacionales por sus palabras incumplidas. Los Palestinos ponían su vida y llamaban al compromiso internacional adquirido; en el interior de Palestina la Resistencia del Pueblo se manifestaba y el ejército de ocupación, creado con la finalidad de matar, perseguir y aprisionar, ese 30 de marzo atacó causando 7 muertos y numerosos heridos. Cada año, en esa fecha, en recuerdo de los mártires y para decir al mundo que la Tierra Palestina se llama Palestina.
Desde entonces la Resistencia ha llegado al corazón de las gentes trabajadoras del mundo, se han creado frentes y más frentes de internacionalismo solidario. En el panorama internacional el Estado Palestino, reconocido por más de 140 países, ha llegado finalmente a poner en marcha a la Corte Penal Internacional tras la pista de los asesinos sionazis que han martirizado todos los años pasados y martirizan hoy a la población del país invadido, que quieran los sionazis y su pantener estadounidense, o no lo quieran, se llama Palestina. Por otro lado, ha crecido la amenaza de lo que se ha dado en llamar la normalización mediante el plan imperial que lleva por nombre el acuerdo del siglo, que pretende amparar los regímenes más reaccionarios de la región a cambio de vender al sionazismo sus palabras que decían respetar a Palestina. Como en toda venta, el vendedor busca algo más seguro, en su caso quieren ser siervos para recibir una paga y tener a dos guardias en su casa, uno sionazi y otro estadounidense. El objetivo de los invasores no es tanto la protección militar de sus siervos, miedosos de sus pueblos, como sentar bases desde las que avanzar hacia el Oriente que se resiste a su explotación.
Ha pasado Trump, que compró a esos gobiernos colaboracionistas, y declaró Jerusalén, los Altos del Golán, y el resto de Palestina propiedad del neocolonialista. Ahora representa al imperialismo un reconocido antiárabe, él mismo se dice promotor del desafío al mundo mintiendo para bombardear, invadir y destruir Irak con el fin de robar su petróleo, matar a su población e intentar disolverla. Aun así, los extremistas del imperio y sus sionazis hoy pierden la guerra que crearon. Sin embargo no puede ignorarse que el sucesor de Trump, Biden, arranca su representación rodeado de un grupo de sionistas, lo que responde a los planes de largo alcance a los que su anterior empujó, veamos quienes son: Janet Yellen (sionista) Secretaria del tesoro; Merrick Garland (sionista) Fiscal General; Alejandro Mayorkas (sionista) Secretario de Seguridad; Avril Haines (sionista) Directora Nacional de Inteligencia; Ron Klain (sionista) Jefe de Gabinete de la Casa Blanca; Antony Blinken (sionista) Secretario de Estado; Wendy Sherman (sionista) Secretario de Estado; Victoria Nuland (sionista) Secretaria de Estado; Eric Lander (sionista) Jefe de Policía Científica y Tecnológica; y, David S. Cohen (sionista) Director de la CIA.
Los peligros para el Pueblo Palestino han crecido. Las oportunidades también. La Resistencia y la opresión se conocen diariamente. El internacionalismo antiimperialista tiene su puesto en la lucha contra la normalización del Acuerdo del Siglo.
30 de marzo Día de la Tierra Palestina.
Fuente: Rebelion
Nota realizada por Ramón Pedregal Casanova, Miembro del Frente Antiimperialista Internacionalista (FAI), autor de los libros: “Gaza 51 días”, “Palestina. Crónicas de vida y Resistencia”, “Dietario de Crisis”, “Belver Yin en la perspectiva de género y Jesús Ferrero”, y “Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios”. Presidente de la Asociación Europea de Cooperación Internacional y Estudios Sociales AMANE. Miembro de la Comisión Europea de Apoyo a los Prisioneros Palestinos.