¿Crecimiento o descenso de los tres mares?
En los últimos años, Polonia ha impulsado la «Iniciativa de los Tres Mares» (3SI) como medio para revivir su proyecto geopolítico «Intermarium» de entreguerras en condiciones modernas. Esta plataforma pretende integrar a Europa Central y Oriental (ECE), incluidas las antiguas repúblicas soviéticas de Bielorrusia y Ucrania, en la «esfera de influencia» de Polonia. La 3SI recibió mucho apoyo de la anterior Administración Trump, que la veía como una cuña conveniente entre Alemania y Rusia para dividir y gobernar el espacio estratégico entre ambos. La Administración Biden parece seguir apoyando esta visión en principio, aunque en una condición modificada por la que ya no sirve como vehículo para difundir opiniones conservadoras-nacionalistas como quiere el partido gobernante de Polonia Ley y Justicia (PiS según su abreviatura polaca), sino para reforzar el orden liberal-globalista liderado por Alemania en Europa.
Desafío 1: La guerra híbrida conjunta de Estados Unidos y Alemania contra Polonia
La 3SI tiene varios retos y oportunidades que se abordarán en este análisis. Empezando por el primero, el más destacado es la guerra híbrida conjunta de Estados Unidos y Alemania contra Polonia, que pretende derrocar al PiS por razones ideológicas, ya sea a través de una revolución de colores o manipulando el proceso democrático de cara a las futuras elecciones con el fin de asegurar la victoria de la oposición respaldada por Alemania. La Administración Biden sigue apoyando a Polonia en el frente militar, pero está políticamente en contra de su partido gobernante y se opone con vehemencia a las reformas judiciales y de los medios de comunicación del PiS. La renuncia de EE.UU. a la mayoría de las sanciones al Nord Stream II a principios de este año fue una prueba de que el país estaba jugando políticamente duro con Polonia y avanzando un elemento clave de la visión de la anterior Administración Trump al comprometerse pragmáticamente con Rusia a expensas de otros países.
Desafío 2: La fallida guerra híbrida conjunta de EE.UU. y Polonia contra Bielorrusia
El segundo desafío a la 3SI es la fallida guerra híbrida conjunta de Estados Unidos y Polonia contra Bielorrusia. En lugar de derrocar al presidente Lukashenko, que en realidad había estado avanzando hacia occidente a un ritmo sin precedentes antes de las elecciones del verano de 2020, sirvió de forma contraproducente (desde su perspectiva) para acercarlo más que nunca a Rusia. El malestar interno en ese país se ha contenido en su mayor parte y actualmente no existe casi ningún escenario realista en el que el líder bielorruso sea derrocado. Más bien, algunas observaciones apuntan a una llamada «transición de liderazgo por fases» a lo largo de un periodo de tiempo indeterminado que se espera que mantenga la estabilidad del Estado y la continuidad de la política al finalizar. Por tanto, a todos los efectos, puede decirse que este complot de la 3SI fracasó y redujo las perspectivas de que esa plataforma se incorpore a Bielorrusia en breve.
Desafío 3: La inestabilidad y la disfunción continuas de Ucrania
El siguiente reto se refiere a Ucrania, que sigue siendo un Estado inestable y disfuncional. Al igual que Polonia, sus intereses, tal y como los entienden los dirigentes de ese país, también se están viendo comprometidos por el compromiso incipientemente pragmático de la Administración Biden con Rusia. Aunque la Ucrania post-Maidán sirve realmente como una especie de amortiguador para mantener la influencia rusa lejos de la frontera sureste de Polonia, no puede funcionar como ningún activo económico o político significativo para la 3SI. Su único propósito es el de ser un apoderado militar para provocar a la Gran Potencia euroasiática en momentos «convenientes», pero incluso ese papel podría desvanecerse a la espera de los progresos que haga la Administración Biden en la regulación responsable de la competencia geopolítica de EEUU con Rusia en esta parte de Eurasia.
Desafío 4: Las próximas elecciones en Hungría
El cuarto reto es la dificultad que el aliado ideológico de Polonia, Hungría, podría tener para mantener su gobierno en funciones tras las elecciones del próximo año. El famoso conservador-nacionalista Victor Orban está sometido a una presión creciente por parte de la oposición liberal-globalista respaldada por Estados Unidos, Alemania y George Soros. Existe la posibilidad de derribarlo políticamente si consiguen explotar las controversias internas con ese fin. Es demasiado pronto para saber si ese escenario se desarrollará, pero tampoco puede descartarse cómodamente. El actual liderazgo húngaro es simbólico, ya que fue el primero realmente conservador-nacionalista en esta parte de Europa. También inspiró a la eminencia gris del PiS, Jaroslaw Kaczynski, y se considera el aliado más cercano de Polonia en el continente. Un cambio de régimen allí supondría un duro golpe para la agenda sociopolítica regional del 3SI.
Desafío 5: La desproporcionada dependencia de la 3SI respecto de Alemania y la UE
Finalmente, el último gran reto de la 3Si es la desproporcionada dependencia económica de sus miembros respecto a Alemania y la UE. Sencillamente, no pueden lograr nada parecido a economías parcialmente independientes debido al legado de las últimas tres décadas, en las que sus líderes y la comunidad empresarial prácticamente se vendieron al bloque y a su líder de facto. Esto significa que la 3SI nunca alcanzará el pleno grado de soberanía al que aspiran sus miembros, lo que se traducirá en una persistente influencia alemana y de la UE. Además, prácticamente todos los países de este espacio son también miembros de la OTAN, lo que dificulta su política exterior frente a Rusia y, cada vez más, frente a China. Por lo tanto, lo mejor que puede esperar la 3SI es una mayor flexibilidad en la formulación de políticas en lo que respecta a las cuestiones sociopolíticas y jurídicas internas.
Oportunidad 1: Importancia geoestratégica duradera para Estados Unidos
Pasando a las oportunidades de la 3SI, la mencionada vulnerabilidad de la OTAN también puede verse como lo contrario, dependiendo del contexto y la perspectiva. Para explicarlo, el papel geoestratégico de esta plataforma hace que tenga un inmenso interés para la alianza, que a su vez está dominada por Estados Unidos. Esto significa que Estados Unidos no permitirá que el proyecto fracase aunque siga entrometiéndose políticamente en él. Además, los cambios políticos internos en Estados Unidos, como un cambio de péndulo hacia los republicanos después de las elecciones presidenciales de 2024, podrían dar lugar a una réplica de la política en la era Trump de apoyar firmemente la 3SI. No obstante, hay que tener en cuenta que la guerra híbrida conjunta de Estados Unidos y Alemania contra Polonia comenzó en realidad bajo la Administración Trump, aunque los defensores del exmandatario también tienen razón al acusar a elementos ideológicamente hostiles del Departamento de Estado de estar detrás de ella.
Oportunidad 2: un atractivo ideológico genuino en Europa Central y Oriental
La segunda oportunidad es que la visión conservadora-nacionalista de PiS es realmente una inspiración para muchos pueblos de la ECE. El recién creado Collegium Intermarium pretende difundir estos principios por toda la región, pero, por supuesto, todo esto podría venirse abajo si el partido gobernante cae antes o después de las próximas elecciones. No obstante, la cuestión es que la actual visión sociopolítica del PiS aprovecha tendencias hasta ahora ignoradas que son realmente populares en la región. Tiene un atractivo distintivo porque habla de las aspiraciones de esas personas, incluso si algunas de ellas son «románticas» en el sentido nacionalista y pueden no ser políticamente realistas a la hora de crear un polo de influencia ampliamente independiente en esta parte del mundo. Sea como fuere, sigue siendo un potente medio de movilización política en esta parte de Europa y no debería subestimarse.
Oportunidad 3: La posibilidad de un bloque pro-reforma liderado por Polonia en la UE
La tercera oportunidad se basa en la segunda y se refiere a la creación de un bloque pro-reforma liderado por Polonia de Estados conservadores-nacionalistas en esta parte de Europa. El Tribunal Constitucional de Polonia dictaminó recientemente que la legislación nacional prevalece sobre la de la UE. Aunque los globalistas liberales intentaron posteriormente hacer alarde de un supuesto «Polexit» para avivar el fuego de las protestas anti-PiS en el país con el fin de reavivar el movimiento de la Revolución de los Colores, que se tambalea, la realidad es que el partido gobernante no pretende abandonar la UE, sino reformarla drásticamente desde dentro. Esta visión depende, por supuesto, de la permanencia de PiS en el poder y estará muy influenciada por el resultado de las elecciones húngaras del próximo año, pero actualmente representa la principal amenaza para el statu quo de la UE, lo que explica por qué el bloque está tan ferozmente en contra de Polonia.
Oportunidad 4: Asociaciones de grandes potencias con Estados Unidos, Reino Unido y Turquía
La siguiente oportunidad reside en las asociaciones que Polonia ha formado con Estados Unidos, Reino Unido y Turquía. Estas tres grandes potencias están interesadas en el auge de la 3SI, aunque cada una por sus propios motivos. Como se ha explicado anteriormente, Estados Unidos espera explotarlo como una cuña para dividir y gobernar el espacio estratégico entre Alemania y Rusia o para maximizar la influencia alemana en esta parte del continente en caso de que el PiS sea sustituido por títeres alemanes. El Reino Unido ve esta plataforma como un medio para seguir siendo relevante en los asuntos continentales, especialmente si el PiS sigue en el poder y busca otro patrón para mejorar su capacidad de equilibrio frente a Alemania. En cuanto a Turquía, esta Gran Potencia de Asia Occidental cree que la expansión de su influencia (especialmente su dimensión militar) en la 3SI puede otorgarle más influencia con su «amienemigo» ruso.
Oportunidad 5: La posibilidad de una convergencia geoeconómica de grandes potencias
La última oportunidad para la 3SI es que su potencial geoeconómico le permite funcionar como un punto de convergencia entre EE.UU., China, Rusia, Turquía y Alemania en el mejor de los casos, pero todavía lejano. Aunque es poco probable, merece ser mencionada porque la ECE ocupa un lugar importante en Eurasia. Las condiciones políticas actuales, especialmente la posición rusófila del PiS y la creciente sospecha de China influenciada por Estados Unidos, hacen que esto sea imposible por el momento, pero un cambio de perspectiva y/o de circunstancias podría crear algunas oportunidades mutuamente beneficiosas en un momento posterior en el futuro. Todas estas grandes potencias y los Estados más pequeños entre ellas se beneficiarían de un aumento del comercio y la inversión en este rincón del continente históricamente descuidado, y es este escenario, en el mejor de los casos, el que podría redimir estratégicamente a la 3SI en el orden mundial multipolar.
Reflexiones finales
La 3SI tiene hoy en día más retos formidables que oportunidades y podría decirse que está a la defensiva debido a sus fracasos geopolíticos regionales en Bielorrusia y Ucrania, así como al efecto desestabilizador interno que la guerra híbrida conjunta entre Estados Unidos y Alemania ha tenido sobre el líder polaco de esta plataforma. Aun así, sería prematuro predecir que no podrá recuperarse o reformarse de algún modo, incluso si este último escenario hace que se convierta en una red de representación para afianzar la influencia liberal-globalista de Alemania en esta parte del continente si Berlín consigue sustituir al PiS por sus apoderados. De cara al futuro, los observadores deberían seguir prestando mucha atención a Polonia y a la 3SI que espera seguir liderando. Este conjunto de países tiene un potencial impresionante, aunque podría ser manipulado con fines de división regional. Merece ser tomada en serio y no descartada.
*Andrew Korybko, analista político.
Traducido al español para Geopolitica.ru
Artículo publicado en Geopolítica.ru. Fuente original: oneworld.press