Se cumplen 100 años del gigante francés del petróleo y el gas TotalEnergies. Al celebrar su centenario, es hora de considerar el verdadero costo de su legado. Es hora de reconocer que la incesante búsqueda de ganancias de la empresa se ha producido a expensas de las comunidades más vulnerables y de los ecosistemas irremplazables de África.
TotalEnergies hoy tiene presencia en más de 130 países y operaciones que abarcan todo el espectro del sector de los combustibles fósiles, desde la exploración hasta la producción y desde la refinación hasta la distribución. Su primera incursión en África se produjo en 1956. Desde entonces, ha impulsado y sacado provecho de la explotación de los recursos naturales del continente. La gran empresa francesa de petróleo y gas es el mayor productor de hidrocarburos de África.
Sin embargo, también es en África donde sus acciones han dejado algunas de las cicatrices más profundas. En todo el continente, las ganancias de la empresa han tenido un costo enorme para las comunidades locales y el medio ambiente.
En Cabo Delgado, en el norte de Mozambique, el proyecto de Gas Natural Licuado (GNL) de TotalEnergies ha contribuido al surgimiento de una crisis humanitaria, con comunidades que enfrentan violencia, desplazamiento y abusos de derechos humanos. Al declarar fuerza mayor en 2021, la empresa se liberó de sus compromisos y obligaciones contractuales manteniendo los principales beneficios de ser propietaria del proyecto, priorizando el beneficio sobre el bienestar de las personas.
Además, el impacto ambiental del proyecto es asombroso. Los investigadores estiman que sus emisiones totales a lo largo de su vida rondan entre 3.300 y 4.500 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente, más que las emisiones anuales combinadas de gases de efecto invernadero de los 27 países de la Unión Europea. Esto claramente hace que el proyecto sea incompatible con el objetivo del Acuerdo Climático de París de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 0 C.
Si se supera este límite, serán países como Mozambique los que más sufrirán. En los últimos tres años, ha sido azotada por los ciclones Idai, Kenneth y Freddy, que han afectado a millones de personas y han dejado aproximadamente 1.000 muertos. Debido a la crisis climática, los puntos críticos de biodiversidad como el Parque Nacional Quirimbas, un santuario para miles de especies de aves, mamíferos, reptiles y flora, están amenazados .
Pero Mozambique es sólo uno entre muchos ejemplos. En Uganda, TotalEnergies planea producir casi 200.000 barriles de petróleo por día en Tilenga y participa en la construcción del oleoducto de petróleo crudo de África Oriental (EACOP) de 1.433 kilómetros de longitud para transportar este combustible al puerto tanzano de Tanga.
Estos proyectos plantean riesgos adicionales para las comunidades y los ecosistemas. En conjunto, se espera que impacten directamente la tierra de alrededor de 118.000 personas. Muchas personas que ya han sido desplazadas se han visto angustiadas por los retrasos en las indemnizaciones, mientras que otras han sido intimidadas por resistirse al proyecto y rechazar las condiciones de la indemnización. Miembros de la sociedad civil y periodistas que hablan sobre los daños de los proyectos de TotalEnergies han sido intimidados e incluso arrestados en varias ocasiones.
Los proyectos también representan una amenaza para fuentes críticas de agua. Aproximadamente 460 kilómetros de EACOP estarán en la cuenca de agua dulce del lago Victoria, el lago más grande de África. En caso de un derrame de petróleo, que es probable que ocurra en algún momento, se contaminarán las fuentes de agua que sustentan directamente los medios de vida de más de 40 millones de personas. Mientras tanto, la extracción en los campos petroleros afectará directamente al Parque Nacional Murchison Falls, dentro del cual TotalEnergies planea perforar alrededor de 130 pozos petroleros, lo que representa una grave amenaza para la biodiversidad y las especies raras y en peligro de extinción. También estarán en peligro importantes afluentes del Nilo que fluyen cerca. Las comunidades han expresado su preocupación por la posibilidad de que derrames de petróleo y otros tipos de contaminación afecten al río y tengan impactos tan lejanos como el norte de África. Un estudio de 2022 realizado por el Climate Accountability Institute (CAI) estimó que las emisiones totales de los 25 años de operación del oleoducto ascendieron a 379 millones de toneladas de CO2, 25 veces las emisiones anuales de Uganda y Tanzania combinadas, lo que convierte a TotalEnergies en un contribuyente clave al carbono de África.
A pesar de la creciente evidencia de sus prácticas destructivas, TotalEnergies no muestra signos de desaceleración. Su búsqueda de ganancias continúa por encima de las preocupaciones por las personas y el planeta, perpetuando un ciclo de explotación y sufrimiento. Es hora de que los países lideren una nueva visión que priorice la sostenibilidad, la justicia y el respeto por las personas y el planeta. El siglo de explotación de TotalEnergies debe servir como una llamada de atención, recordando a los gobiernos la urgente necesidad de abandonar los combustibles fósiles y avanzar hacia un futuro que sea verdaderamente sostenible para todos.
*Charity Migwi es la activista principal de África de Oil Change International.
Artículo publicado originalmente en Argumentos Africanos